lunes, 12 de mayo de 2014

Narcotráfico en Argentina | Otros casos

06.07.2000

Cae una banda de narcos vinculada con el triple crimen de Cipolletti


El grupo desarticulado por la Policía Federal era dirigido desde la cárcel por un hombre preso por el encubrimiento de ese hecho.

Poco a poco se descorre el velo que aún esconde las dudas sobre la verdad del triple crimen de Cipolletti. Ahora, la caída de una banda de distribuidores de droga en la Patagonia podría resultar clave para esclarecer el asesinato de María Emilia y Micaela González y de Verónica Villar.
La Subdelegación Cipolletti de la Superintendencia de Drogas Peligrosas de la Policía Federal detuvo ayer a cuatro personas, acusadas de vender marihuana y cocaína, con esa ciudad como centro de operaciones.
Lo curioso es que el jefe de la banda es un hombre que no sólo dirigía las operaciones de comercio de tóxicos por teléfono desde su celda de la Cárcel de Encausados de la ciudad rionegrina de General Roca: está preso allí por su presunta participación en el encubrimiento del triple crimen.
El juez Pablo Iribarren y el fiscal Alvaro Meynet, que aún buscan detalles sobre el asesinato ocurrido entre el 9 y el 10 de noviembre de 1997, siguen ahora con especial interés el resultado de este procedimiento.
Y ya encargaron a la brigada de la División Homicidios de la Federal comisionada hace más de dos años en el lugardel hecho que afiancen con pruebas concretas una hipótesis que se sospecha casi desde un principio: que detrás del asesinato hay una banda de narcotraficantes con sólidos contactos con efectivos de la policía de Río Negro.
Los nexos de esta banda con los presuntos autores del crimen y sus encubridores están a la vista: el jefe de los narcos, Sergio David Dávila, tiene una reconocida amistad con Guillermo González Pino, un chileno acusado como presunto autor material del crimen.
Según fuentes judiciales, se cree que fue Dávila quien amenazó de muerte a Sandra González, la concubina de González Pino. La mujer incriminó a su pareja cuando le reveló a la Justicia que lo había visto entrar en su casa, al tiempo del crimen, con su ropa ensangrentada.
Otro íntimo amigo de González Pino, Claudio Kielmasz, está preso como presunto partícipe primario en el asesinato múltiple: de su madre era la pistola Bagual calibre 22 utilizada para matar a las hermanas González.

VÍNCULOS ESTRECHOS

Los operativos realizados anteayer en Cipolletti, entre las 8.30 y las 9.15, no sólo abrieron para la Justicia una nueva puerta para resolver el triple crimen: también sirvió para detener a unos vendedores de tóxicos.
Tres meses de seguimientos, vigilancias e intervenciones telefónicas autorizadas por la jueza federal de General Roca, María del Carmen García, dieron sus frutos cuando los federales detuvieron a Laura González al bajar de un ómnibus con casi 15 kilos de marihuana compactada.
Otros dos allanamientos permitieron secuestrar otros cinco kilos de marihuana y detener a otras tres personas: Ramona Luna, Jorge Pais y el chileno Jaime Vergara. Pero, sobre todo, les dio por acreditado que el jefe de la banda era "Condorito" Dávila, detenido por el triple crimen e íntimo amigo de González Pino.
Los investigadores del caso tienen por acreditado que González Pino -un hombre al que se sindica como un estafador consuetudinario- dirigía una banda presuntamente vinculada con el robo y la venta de autos y con el comercio de estupefacientes. Formarían parte de esa banda Héctor Montesino, Daniel Reyes -a quien se le dictó la falta de mérito- y Miguel Angel Fernández, entre otros.
Serían la mitad civil de una asociación ilícita vinculada con policías de la zona. Especialmente con el comisario José Luis Torres, el oficial mario Pérez y el suboficial José Reyes.
Estos policías ya fueron procesados por el encubrimiento en el crimen: serían quienesarmaron la "versión oficial" del asesinato, que en los primeros días llevó tras las rejas a tres indigentes -Hilario Sepúlveda, Horacio Huenchumir y José María Fernández- a quienes se les quiso hacer pagar por el homicidio de las tres chicas.
Según investigadores del caso, el comisario Torres "negociaba" con González Pino protección a cambio de información sobre bandas dedicadas a delitos menores.
"Iribarren cree que si se explota la relación de la banda de narcos detenida anteayer con los policías procesados por encubrimiento y los acusados como autores, la resolución del crimen estaría a un golpe de piedra", admitió una fuente judicial.

Fuente: http://www.lanacion.com.ar/m1/23597-cae-una-banda-de-narcos-vinculada-con-los-asesinos


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